La generación Y, también conocida como generación "Millennial" es la cohorte demográfica que sigue a la generación X. No hay precisión o consenso respecto de las fechas de inicio y fin de esta generación.
Son una generación de personas que nacieron en la prosperidad, con un entorno político, económico y social infinitamente mejor que el de sus padres, pero que cuando llegaron a la mayoría de edad se dieron de bruces con una durísima crisis que truncó las expectativas de muchos de ellos.
Durante el boom económico y la burbuja inmobiliaria, cientos de miles de jóvenes abandonaron los estudios para trabajar en la construcción.
Un sector que no exigía mucha formación y ofrecía unos sueldos atractivos para chicos de menos de veinte años. Una propuesta difícil de rechazar.
Con el pinchazo de la burbuja, decenas de miles de jóvenes, y no tan jóvenes, fueron engrosando la lista de parados cada mes. Y, lo que es peor, además de quedarse sin trabajo, no tenían formación alguna que les ofreciera una esperanza de reciclarse.
Ese colectivo, que está ahora en torno a por encima de los treinta años, es uno de los más desesperados y con mayor desafección hacia la sociedad.
No creen en las instituciones, ni en los partidos políticos, ni en las empresas... ni ven la luz al final del túnel. Son los indignados que reniegan del sistema político, económico y social y valoran muy negativamente el funcionamiento de la democracia.
Tienden a confiar menos en las personas que las generaciones anteriores: más de la mitad se declaran independientes y ya forman el grupo con mayor descontento político y religioso de los últimos 25 años.
Las dificultades para encontrar un empleo y para poder independizarse han fomentado este carácter de incredulidad. Sin embargo, es inútil fingir que las generaciones son algo más que un conjunto de experiencias sociales, políticas y culturales vividas en común, o una suerte de archivo sentimental compartido que afecta y une a humanos de una edad determinada.
Casi nadie lo tiene fácil en la vida. Cada generación ha tenido sus retos y sus obstáculos, y los 'millennials' están peleando por superar los suyos. No parece mucho pedir que, al menos, no se les insulte mientras lo intentan.
Los 'millennials' han entrado en la edad adulta heredando un mundo roto por la mayor crisis de las últimas décadas, que ha destrozado el mercado financiero y el inmobiliario. Una crisis que no han causado ellos, sino la generación de sus padres.
Los 'millennials' tienen que conseguir ingresos para subsistir de forma independiente en un mercado laboral donde reina la precariedad, navegando entre contratos fraudulentos, bajas de sustitución, falsos autónomos, horas extra no pagadas y abusos de todo tipo. "Bueno, aquí firmas que trabajas cuatro horas al día, pero necesitamos que trabajes 10. Si no te interesa, tú mismo, tengo a 20 como tú en la puerta". Los mismos que te dicen que nada es gratis en la vida son los que quieren pagarte en 'experiencia'.
Los 'millennials' son los que aguantan que les digan que quieren vivir del aire, que tienen "todos los derechos y ninguna obligación" mientras se tienen que mudar al extranjero y perder el contacto con sus familias y sus amigos en busca de algo parecido a unas condiciones de trabajo como las que tuvieron sus padres.
Los 'millennials' son los que sufren burlas por quedarse hasta los 28 en casa de sus padres mientras viven en un país donde los precios suben, los salarios bajan, los alquileres están por las nubes y los bancos exigen de entrada.
Los 'millennials' son los culpables del parón demográfico, y se les exige que tengan hijos y levanten un proyecto vital sin saber si el mes que viene seguirán teniendo sueldo. Mientras tanto, se dejan el dinero en un tercer máster que no servirá para entrar en un buen puesto porque los señores de los despachos confían más en las referencias personales y el enchufismo a la hora de contratar. "¿No te sale nada, hija? ¿Seguro que has buscado bien?", escuchan mientras tienen las pestañas quemadas de mirar Infojobs y la cabeza como un bombo después de tomarse el enésimo café con el amigo de un primo de tu padre que tiene un negocio y a lo mejor te puede meter sin cobrar al principio pero, bueno, ya eso es algo, ¿no, hija?
Dragon Ball' y 'Pokémon', dividen la propia generación "Millennial" en primera y segunda ola. Pero se podría argumentar que la primera enganchó a algunos espectadores ya post-adolescentes de la Generación X, mientras que la segunda es privativa de los Y. Lo mismo puede decirse de sagas literarias como 'Pesadillas' o series de animación como 'Bob Esponja', aunque quizá la más impactante (por contenido y por personajes) fuese 'South Park'. Citar episodios clásicos de 'Los Simpson' o 'Futurama' como si fuese el evangelio, obsesionarse con el primer Jim Carrey ('Ace Ventura', 'La Máscara', 'Batman Forever'...), saberse de memoria todos los concursantes de la edición inaugural de 'Operación Triunfo' o Gran Hermano, considerar 'Parque Jurásico' como la película de Spielberg más importante para la formación de uno también cuentan como ritos de paso generacionales.
PROXIMAMENTE...
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