La zona de confort es aquella zona en la que nos encontramos seguros, en la que controlamos, nada se nos escapa y que conocemos de principio a fin.
Es una zona que hemos ido conquistando, donde lo tenemos todo aprendido y que también nos ha conquistado a nosotros.
Es una zona que hemos ido conquistando, donde lo tenemos todo aprendido y que también nos ha conquistado a nosotros.
Podría ser el sofá de nuestro salón, la cama cuando el despertador suena el lunes a las 6 de la mañana o nuestro barrio de siempre donde solemos hacer la compra y nos encontramos con los amigos el fin de semana. Podría ser el puesto de trabajo que llevamos desempeñando durante más de 10 años, la comida deliciosa que nos prepara nuestra madre porque sabe que es nuestra preferida o el bar al que sueles ir cada sábado.
No todo en nuestra zona de confort es bueno, en la zona de confort tenemos a un jefe que no nos gusta pero del que siempre podremos decir “más vale malo conocido que bueno por conocer”; también es una zona aburrida, sin cosas interesantes o sorpresas pero que nos ahorra muchas preocupaciones.
Para todo aquello que no nos gusta de la zona de confort tenemos el conformismo, a través de él nos convencemos de que como en casa no se está en ningún lado.
La zona de aprendizaje no está libre de peligros, miedos y frustraciones pero una vez superados, nos sentimos personas más seguras.
A todos nos gusta volver a nuestra zona de confort cuando llevamos mucho tiempo fuera de ella. La buena noticia es que nos encontramos con la sorpresa de que el camino de vuelta a casa no es tan largo como fue el de ida.
La razón es que nuestra zona de confort se ha expandido y somos capaces de sentirnos seguros en un radio de acción mucho más amplio.
La razón es que nuestra zona de confort se ha expandido y somos capaces de sentirnos seguros en un radio de acción mucho más amplio.
El mundo se hace más pequeño y más manejable y por el camino hemos hecho desaparecer muchos miedos.
Es algo que nos detiene de actuar y nos hace sentir cosas como pereza, letargo y dejadez. Sencillamente cuando procrastinamos (o postergamos en) nuestras tareas, lo que ocurre es que nos estamos queriendo mantener, dentro de la zona de confort.
Para cada persona, la zona de confort (ese lugar hipotético) es diferente; cada uno de nosotros concibe lo que es normal, cómodo y placentero de forma única, por lo que no todos cuentan con una zona de confort del mismo “tamaño”.
A su vez, es posible que esa zona de confort disminuya o aumente su capacidad, dependiendo de las cosas que hagamos o dejemos de hacer, y todo, debido a que es nuestra mente, la que con su Formación Reticular, se vuelve adicta cada vez más a ciertos caminos neuronales.
Esa adicción, se puede usar como ventaja, convirtiéndola de algo negativo a algo positivo. Es decir, volviéndonos adictos a las emociones y sentimientos positivos. De alguna manera u otra, es fácil concebir, el hecho de que podemos lograr expandir nuestra zona de confort y con ello contar con grandes ventajas.
Es justo esto lo que busca conseguir el Desarrollo Personal, el que cada vez más contemos con capacidades mayores para sentirnos cómodos en nuestra vida.
Es justo esto lo que busca conseguir el Desarrollo Personal, el que cada vez más contemos con capacidades mayores para sentirnos cómodos en nuestra vida.
Aumentar nuestra zona de confort será entonces: Sentirnos cómodos cada vez más, con tareas difíciles o actividades complejas, que nos lleven al éxito y al triunfo.
Cuando realizamos de manera cotidiana una actividad que de alguna manera u otra nos incomoda (pero que nos permite lograr nuestras metas, o adquirir grandes triunfos) expandimos nuestra zona de comodidad, y nos volvemos mucho más habilidosos en dichas actividades.
Sin embargo, expandir esa zona de comodidad no es tarea sencilla, dado que por momentos contamos con falta de motivación, carencia de claridad en nuestros sueños (es decir, nuestro horizonte está nublado) y por si fuera poco, caemos en un gran conformismo.
Todo esto, fruto de vivir una vida inconsciente, de tomar decisiones irracionalmente y casi sin darnos cuenta; y finalmente, por el hecho de que desconocemos que algo como esto nos afecta y nos perjudica considerablemente.Cuando llevamos a la consideración el permitirnos mejorar nuestra zona de confort, y realizamos actividades que justamente estén acordes a ese deseo, propagamos nuestras intenciones de triunfar y le brindamos al mundo una razón más para que nos tenga en cuenta.
Sólo quienes son tenaces y decididos, logran aumentar su zona de confort y hacerla cada vez más grande, hasta que incluya los hábitos que les permitirán triunfar grandemente en la vida.
Y nota que no estoy hablando de lograr unas cuantas metas u objetivos, sino de un triunfo rotundo y extraordinario. Es decir, la expansión pertinente de nuestra zona de confort, nos hará vivir la
vida que siempre hemos soñado vivir, y nos conseguirá triunfos absolutos, independientemente de nuestros sueños actuales.
Y nota que no estoy hablando de lograr unas cuantas metas u objetivos, sino de un triunfo rotundo y extraordinario. Es decir, la expansión pertinente de nuestra zona de confort, nos hará vivir la
vida que siempre hemos soñado vivir, y nos conseguirá triunfos absolutos, independientemente de nuestros sueños actuales.
Es tan poderoso lograr algo así, que el éxito no se convierte en un deseo, en un sueño o en un porvenir, sino en un perfecto estilo de vida.
¿Qué podría ser mejor?
PROXIMAMENTE...
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