Cuando procedemos a masturbarnos, desatamos en nuestra mente nuestro instinto más básico y primitivo.
Por un corto o largo periodo de tiempo realizamos nuestras fantasías más perversas, rememoramos polvazos, somos infieles con nuestras parejas, nos acostamos con nuestros ídolos, hacemos cosas prohibidas, imaginamos lo imposible....
Una secuencia de imágenes y sentimientos construidos en nuestra mente hasta para provocar una gran liberación de energía y purificar el estado de ánimo...
el orgasmo.
Las autoridades sanitarias confirman que la masturbación no provoca ceguera.